Reseña de «Ayurvegan», de Barbara Bianchi y Elena Carafa

Después de la reseña que hicimos del libro Biocosmética vegana, esta semana traemos otro título de la misma casa editorial: Ayurvegan, escrito por Barbara Bianchi y Elena Carafa y publicado por Macro Ediciones en 2018 (para ver su ficha técnica, pincha aquí). Lo que puedes intuir por el nombre se confirma con el subtítulo: «La cocina vegana encuentra la tradición ayurvédica».

Por la estructura interna y caractersíticas del libro, he decidido configurar esta reseña como si fuera doble. Ayurvegan es un cruce de caminos entre el recetario y el ensayo de nutrición medicinal ayurvédica y, como te explico a continuación, cada parte está redactada por una autora distinta. ¿El resultado? Es como si tuviéramos en nuestras manos dos libros unidos por la temática pero separables. Y en esto quiero hacer hincapié, porque puede ser que no te guste el primer bloque y, aun así, te sorprenda y fascine el segundo. Vamos a verlo más detenidamente.

Primera parte: introducción al ayurveda

Las primeras 40 páginas están a cargo de Elena Carafa, yogini y experta en nutrición ayurvédica, una filosofía y práctica medicinal de origen indio que está despegando en Occidente. Estas páginas están sazonadas de términos en sáncrito con los que la autora desarrolla conceptos nucleares del ayurveda: el prakruti o la constitución psicofísica de una persona, los tipos de dosha, las características y necesidades de vata, pita y kapa, los tipos de rasa o sabores… y una buena cantidad de terminología adicional. Esta introducción está enfocada para principiantes, pero la curva de aprendizaje es alta. Por eso es probable que una lectura no sea suficiente si, como yo, eres una novata. Pero si por el contrario controlas, no creo que te aburra, porque Elena ofrece mucha información precisa para los aventajados.

Con la compra del libro, la editorial ha incorporado dos extras: un pequeño recetario en PDF de infusiones, bebidas y leches vegetales y un test para descubrir tu reparto de los dosha y ajustar así las recetas a tu constitución. En el libro físico (pp. 17-18) encontrarás una tabla donde se especifican las características físicas y emocionales, más otros aspectos, de vata, pita y kapa.

Como sabrás, el ayurveda no es una tradición siquiera vegetariana, por lo que probablemente te estarás preguntando cómo enfoca la autora la fusión de estos dos mundos éticamente dispares. Es precisamente aquí donde creo que está el quid problemático del libro, y no por la combinación de los temas, sino por la aproximación personal de la autora al veganismo. De varios párrafos se desprende que Elena no concibe el veganismo como un estilo de vida éticamente motivado, sino como una decisión tomada teniendo en cuenta la sinergia ética-cuerpo-mente. Podríamos decir que busca un acercamiento holístico que no da razón, en principio, de los objetivos políticos que informan históricamente al veganismo.

Además, en algunas ocasiones Elena menciona la carne, el pescado y los productos lácteos, y no siempre desde la crítica sino a veces desde la ambivalencia. Por ejemplo, ya que la leche está considerada como uno de los productos más sáttvicos (‘puros’) en el ayurveda, Elena comenta que tiene muchos beneficios, aunque es verdad que luego remite a las condiciones de sufrimiento de los animales y a la incoherencia de tomar leche siendo adultos. Un lector vegano se preguntará por qué aparece una información así en un libro como este. Al menos a mí me ocurrió, y mi conclusión es que la parte de Elena no está demasiado ajustada a los intereses y sensibilidades de un público antiespecista. También he de añadir que probablemente esta sección te guste más o menos dependiendo no solo ya de tu politización, sino también de tu nivel de escepticismo / espiritualidad.

Segunda parte: recetas ayurvédicas veganas

Cambiamos de autora y nos vamos con Barbara Bianchi, chef que abrió el primer restaurante vegano en Italia. La sección del recetario está divida en las cuatro estaciones, para las cuales Barbara incluye entre 12 y 14 menús más un apéndice final con ingredientes de esa temporada. Después del invierno, podrás ver en la foto de arriba que nos ofrece recetas para dulces y postres, aliños, panes y desayunos.

Todas las recetas están acompañadas por un sistema de símbolos que hacen referencia a la afinidad de ese plato con cada dosha. Esta es realmente la bisagra que une las dos secciones del libro.

Las recetas no tienen gran complejidad y los pocos ingredientes que pueden resultar exóticos son los más básicos de la cocina india. Además, nos hemos fijado en que las recetas de dulces y potres no utilizan azúcar como edulcorante sino azúcar de coco, jarabe de agave y dátiles.

Sobre el aspecto fotográfico hay que decir que las recetas están acompañadas por preciosas imágenes. La maquetación aquí es exquisita. Sin duda, se trata del libro de cocina visualmente más impactante que tenemos. Un detalle muy bonito es que, cuando la foto hace referencia a varias recetas, se han incorporado bocadillos indicando qué es qué.

Os dejamos unos ejemplos para que juzguéis vosotra/os misma/os, aunque ha sido difícil elegir qué fotografía poner porque… ¡todas deleitan!

ayurvegan
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Nos vemos en la próxima reseña 🙂